jueves, 26 de agosto de 2010

Homosexualidad

La Bandera del arco iris es un símbolo usado como apoyo al orgullo gay y lésbico desde la década de 1970. Diseñada originalmente por Gilbert Baker, los diferentes colores simbolizan la diversidad en la comunidad LGBT.

La homosexualidad (del griego ὁμο, homo ‘igual’ y del latín sexus ‘sexo’) es una orientación sexual y se define como la interacción o atracción sexual, emocional, sentimental y afectiva hacia individuos del mismo sexo.1 Etimológicamente, la palabra homosexual es un híbrido del griego homós (que en realidad significa igual y no, como podría creerse, derivado del sustantivo latino homo, que quiere decir ‘hombre’) y del adjetivo latino sexualis, lo que sugiere una relación sexual y sentimental entre personas del mismo sexo, incluido el lesbianismo.2

A pesar de que el término gay (que en inglés clásico significa ‘alegre’) suele emplearse para referirse a los hombres homosexuales y el término lesbiana para referirse a las mujeres homosexuales, gay es un adjetivo o sustantivo que identifica a las personas homosexuales sin importar su género. Desde 1973 la comunidad científica internacional considera que la homosexualidad no es una enfermedad. Sin embargo, la situación legal y social de la gente que se autodenomina homosexual varía mucho de un país a otro y frecuentemente es objeto de polémicas.

El término homosexual fue empleado por primera vez en 1869 por Karl-Maria Kertbeny,3 4 y el libro Psicopatía Sexualis de Richard Freiherr von Krafft-Ebing popularizó el concepto en 1886.4 Desde entonces, la homosexualidad se ha convertido en objeto de intenso estudio y debate: inicialmente se catalogó como una enfermedad, trastorno o patología que había que curar, pero actualmente se entiende como parte integral necesaria para comprender la biología, psicología, política, genética, historia y variaciones culturales de las identidades y prácticas sexuales de los seres humanos.



Terminología

Actualmente, el anglicismo gay se refiere en singular o plural a individuos homosexuales; ha venido a sustituir términos castellanos en su totalidad malsonantes u ofensivos (vg. culero, invertido, maricón, puto, sodomita, etc.). Muchos de los conceptos relativos a la orientación sexual (heterosexualidad, homosexualidad, bisexualidad, transexualidad, etc.) se confunden a veces entre sí, sobre todo por falta de información y por exceso de prejuicios.

La homosexualidad femenina se llama también lesbianismo o lesbianidad (calidad de lesbiana). Los adjetivos correspondientes son lésbico(s) y lésbica(s). Este término proviene de la isla de Lesbos en Grecia y de la poetisa Safo, a quien sus poemas apasionados (dedicados a sus amigas) y la vida rodeada de otras mujeres le valió la reputación de homosexual.

La terminación "ismo" se ve a veces como peyorativa, tal como sucede con la palabra homosexualismo. El sufijo -ismo tiene numerosas definiciones, que van desde «partidario de...» hasta «enfermedad de...», como en el caso de gigantismo. Por ello, su uso definiría la idea de que el colectivo homosexual tendiese a la promoción de sus conductas, o incluso de que la condición homosexual debiera entenderse como una deficiencia mental. Al irse apartando la sociedad de la creencia de que la homosexualidad es una enfermedad, se fue imponiendo el término homosexualidad, ya que la terminación -idad únicamente implica «calidad de...».5 Actualmente, el diccionario de la Real Academia Española sólo recoge esta última.

Aunque hoy se emplea de forma generalizada, es oportuno reseñar que la existencia de la categoría homosexual en sí misma, aplicada a personas, es objeto de contestación desde diferentes puntos ideológicos. Las corrientes integristas, entre ellas la mayoría de las Iglesias cristianas, niegan la existencia de personas homosexuales, a la vez que admiten la existencia de la práctica homosexual como "desviación" de la conducta; otras niegan que la orientación sexual de una persona la defina en modo alguno.

La palabra homosexualidad fue creada en 1869 por Karl Maria Kertbeny en un panfleto anónimo que apoyaba la revocación de las leyes contra la «sodomía» en Prusia.6 7 Fue incluida en Psychopathia Sexualis (1886), un estudio de Richard von Krafft-Ebing acerca de lo que en esa época se consideraba una desviación sexual.4

Estudio académico de la homosexualidad

No se conocen las causas de la orientación sexual de una persona. Aunque algunas teorías apuntan a que es innata, no se conoce con exactitud el papel que juegan la herencia genética8 (investigada por Simon Le Vay y Dean Hamer, entre otros) o las experiencias durante el desarrollo en la infancia, la influencia y relación con los padres, etc [cita requerida].

Punto de vista neurobiológico

En 1991, el neurocientífico estadounidense Simon LeVay, publicó un artículo llamado “Una diferencia en la estructura hipotalámica entre hombres homosexuales y heterosexuales”.9 En este artículo se describe una diferencia en el porcentaje del tamaño y volumen del tercer núcleo intersticial del hipotálamo anterior (INAH3) entre hombres homosexuales y heterosexuales, aclarando que este es más grande en heterosexuales en comparación al hallado en cerebros homosexuales. El INAH3 homosexual es similar en tamaño al encontrado en cerebros femeninos. LeVay escribió que estos hallazgos indican que el INAH muestra un dimorfismo acompañado de la orientación sexual, y sugiere que tal orientación tiene un sustrato biológico. Pero LeVay agregó que hay una reducida existencia de excepciones en la que el tamaño del INAH3 no se correlaciona directamente con la orientación sexual agregando que puede ser una importante variable, sin embargo no puede ser la única variable. También es posible, sin embargo, que estas excepciones se deben a deficiencias técnicas o de mala asignación de los sujetos a sus grupos.

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